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Proyecto CONICET para el Estudio del Cannabis Medicinal en la UBA Aprobado por el Ministerio de Salud
PROYECTO CONICET PARA EL ESTUDIO DEL CANNABIS MEDICINAL EN LA UBA APROBADO POR EL MINISTERIO DE SALUD
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El Estado Nacional Argentino, a través del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), pronto cultivará Cannabis para su estudio.
Sí, leíste bien: en unos pocos meses, veremos cobrar vida al primer cultivo de Cannabis fondeado y auspiciado por el Estado Nacional.
El proyecto presentado por el IQUIMEFA, titulado “Cannabis sativa L. Su evaluación y potencialidad como medicamento”, fue aprobado este 29 de abril por el Ministerio de Salud de la Nación.
ElPlanteo.com habló con la directora del instituto, la Dra. Albertina Moglioni, con la Dra. Catalina M. van Baren, directora académica del proyecto, y con el Dr. Ignacio Peralta, becario posdoctoral del proyecto, para comprender las intenciones, objetivos, contexto y alcance del proyecto.
¿Qué es el IQUIMEFA?
El Instituto de la Química y Metabolismo del Fármaco (IQUIMEFA) existe hace casi 40 años, y funciona en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires.
Como sucede con este tipo de institutos, el IQUIMEFA nació nucleando varias cátedras o grupos de investigación de la Facultad. Entre dichas cátedras se encontraban originalmente las de Farmacognosia, Química Medicinal y Control de Calidad de Medicamentos. Con el tiempo se produjeron varias incorporaciones (como la de un programa relacionado con la hipertensión, dependiente de cátedra de Fisiología) y algunos grupos dejaron el instituto.
Hoy, el instituto está compuesto por las cátedras de Farmacognosia, Fisiología, Química Analítica Instrumental y Química Medicinal, y algunas personas, investigadores y becarios, de las cátedras de Química Orgánica y Química Analítica.
El proyecto enfocado en Cannabis, por su parte, se originó en la convocatoria a Proyectos de Unidades Ejecutoras (PUE), nucleando a la mayoría de los integrantes del IQUIMEFA. Fue presentado en el 2018, bajo el incentivo del entonces presidente del CONICET, Alejandro Ceccatto.
Ceccatto tenía un objetivo claro: quería que cada instituto tuviera un proyecto que sirviera como “línea de bandera” para cada uno de estos institutos; es decir, que cada uno de ellos recibiera reconocimiento por parte de la sociedad a partir del desarrollo de un proyecto innovador. Para el IQUIMEFA, este proyecto estaría enfocado en el Cannabis.
Entonces, ¿de qué se trata este proyecto?
Según la Dra. van Baren, el proyecto busca, entre otros objetivos, determinar si el aceite de Cannabis puede ser utilizado como un medicamento eficaz, con la finalidad de que todo/a paciente que lo necesite pueda consumirlo.
Para esto, es necesario que el aceite de Cannabis utilizado cumpla con tres requisitos básicos: seguridad, eficacia y calidad. A su vez, el abordaje multidisciplinario que aporta el IQUIMEFA es indispensable para alcanzar el objetivo deseado.
Pero ésta es sólo una de las facetas del proyecto.
Una de las mayores metas del proyecto es, como señala el Dr. Peralta, que el Cannabis quede institucionalizado. Es decir, instalar una línea de investigación formada y sólida en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, donde los y las investigadores puedan formarse, y los y las profesionales puedan aprender acerca de esta planta en el transcurso de su formación académica. El instituto sentaría así las bases para que la investigación con Cannabis continúe.
Cabe aclarar que este proyecto se enfoca en los efectos del Cannabis sobre la epilepsia refractaria y que, en el futuro, otros investigadores podrían estudiar su efecto en otras patologías.
La idea es que el proyecto establezca un marco académico para poder estudiar Cannabis de forma legal ya que, debido a regulaciones poco claras, esto ha sido muy difícil hasta el momento. Afortunadamente, se ha conseguido progresar lentamente en paralelo con la legislación, cosa que allana el camino para que las investigaciones subsiguientes no se encuentren con tantos obstáculos. Con el tiempo, y los antecedentes suficientes, el Estado podría eventualmente tomar la decisión de redirigir los recursos que gasta en punir al Cannabis hacia una investigación seria y provechosa de la planta.
Por otra parte, este ambicioso programa busca convertir al IQUIMEFA en el instituto de referencia en tema de Cannabis en el país, al cual cualquier autoridad sanitaria nacional pueda mandar a desarrollar técnicas de control de muestras. El ya mencionado enfoque interdisciplinario, hace del instituto un lugar ideal para cumplimentar este objetivo.
Proceso de extracción de CBD
El instituto se dedica no sólo al control de calidad del producto y a la parte analítica, sino también al desarrollo de nuevos métodos de extracción, así como la optimización de métodos preexistentes. Lo que es más, suma un enfoque fisiológico y farmacológico que determina las toxicidades particulares que puede tener el Cannabis. Este tipo de estudios de toxicidad aún no han sido realizados en nuestro país. A esto se le añade un enfoque farmacotécnico, que consiste en optimizar y obtener nuevas formulaciones farmacéuticas.
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El proyecto ya ha cumplido dos de los cinco años que tiene pautados. Gran parte de este tiempo ha sido destinado a conseguir los permisos necesarios para mantener a la investigación dentro del marco de la legalidad.
Hoy en día, con gran parte de las trabas burocráticas superadas, el gran desafío es obtener materia prima -aunque recientemente se anunció la recepción de una partida de aislado de CBD para su estudio.
La investigación
En lo que a la investigación refiere, los y las representantes del instituto nos cuentan que se han logrado iniciar estudios epidemiológicos, metodológicos y analíticos. Asimismo, se comenzaron los estudios farmacológicos y computacionales.
También se ha involucrado a un amplio abanico de recursos humanos: tesistas doctorales, becarios y becarias doctorales y posdoctorales, etc. La colaboración entre los diversos grupos dentro del instituto ha sido vital para la realización del proyecto.
Foto cortesía del IQUIMEFA
Cabe aclarar que, si bien el plazo pautado le permitirá al instituto realizar los controles de seguridad y calidad del Cannabis, no será suficiente para poder comprobar del todo su eficacia. Los estudios al respecto requieren de la investigación de factores como mezclas de sustancias que interactúan, no puras, moduladoras (que no actúan de forma directa), etc. Para este fin, serán necesarios estudios posteriores. Los efectos del uso agudo o el uso crónico también precisarán años de trabajo para terminar de dilucidarse.
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Sumado a esto, el IQUIMEFA apunta a asistir a las autoridades en cuanto a la reglamentación y regulación del Cannabis, ya que muchas veces las mismas se escudan en la falta de conocimiento científico para justificar la falta de cambios profundos en las legislaciones.
El Dr. Peralta baraja la posibilidad de que, en un futuro, exista un ente nacional especializado en Cannabis, como el IRCCA en Uruguay, destinado a dar respuestas a estas necesidades. De ser así, se actualizarán los fundamentos científicos sobre los cuales se regula este tema. Lo que es más, se le brindaría a las autoridades información validada, para que no teman tomar ciertas decisiones, y para que puedan basarse en la ciencia (y no en prejuicios infundados) a la hora de definir políticas públicas.
El Dr. Peralta capacitándose en cultivo en una granja de Avicanna Inc. en Colombia
En cuanto al futuro del proyecto, los y las investigadores ya están preparándose para todos los desafíos que conllevarán la producción, la industrialización y la investigación clínica, entre otras cosas, para estar a la altura de las circunstancias.
Los obstáculos
Si bien el proyecto ha sido aprobado por el Programa Nacional de Cannabis bajo la órbita del Ministerio de Salud de la Nación (RESOL-2020-7-APN-SAS#MS), marcando una gran victoria para el activismo del uso medicinal del Cannabis, todavía queda un largo camino por recorrer.
Desde su inicio, el proyecto se ha enfrentado a una multitud de obstáculos, por razones que van desde la ya mencionada legalidad opaca, a las resistencias (tanto externas como internas) de la academia, y la desinformación popular en general.
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La burocracia involucrada en conseguir los permisos necesarios para avanzar es extremadamente lenta, y esto entorpece la ya retrasada investigación (en comparación con otros países). Además, los subsidios llegan magramente, como suele suceder con las investigaciones públicas.
A su vez, no debe olvidarse que la comunidad científica, por más rigurosa que sea en cuanto a los hechos, no está exenta de los prejuicios que siguen arraigados en la sociedad con respecto al Cannabis. Muchos científicos se niegan siquiera a considerar que esta planta puede ser medicinal, a pesar de la evidencia cada vez más abrumadora detrás del argumento contrario.
Son precisamente estos prejuicios los que han hecho que el estudio del Cannabis y sus usos medicinales esté inmensamente atrasado. De hecho, hace no tantos años fue descubierto que todas las personas tienen un sistema endocannabinoide. Esto significa que existen en nuestros cuerpos receptores especialmente diseñados para interactuar con el Cannabis.
Fotos cortesía del IQUIMEFA
Interesantemente, existe la posibilidad de que el sistema endocannabinoide sea mucho más importante de lo que se cree hoy en día. Para la Dra. Moglioni, si este sistema existe, tiene que ser por algún motivo. Podría ser la puerta para un conocimiento científico y médico muy importante, del cual todavía no tenemos una real dimensión. Esto se debe a que existe una negación caprichosa con respecto al estudio de todo lo relacionado al Cannabis.
Durante nuestra charla, las doctoras señalaron la hipocresía con respecto al conocimiento que tenemos de otras drogas, mucho más peligrosas que la marihuana. La morfina, por ejemplo, es un potente analgésico que se encuentra naturalmente en la resina que exuda de las cápsulas de la amapola real y se utiliza en casos extremos en hospitales de todo el mundo. A pesar de ser inmensamente adictiva y comprobadamente letal, se cuenta con mucha más información sobre ella que sobre la marihuana. También se sabe muchísimo de la interacción de la cocaína con el cuerpo humano, a pesar de ser una droga de abuso con un potencial de mortalidad altísimo, a diferencia del Cannabis. Sin embargo, falta mucho por estudiar respecto de los efectos de los fitocannabinoides en el cuerpo humano y su potencialidad como fármaco.
Parafraseando a Paracelso, la Dra. Moglioni dijo que la única diferencia entre un fármaco y un veneno es la dosis. Es decir: no hay nada inherentemente bueno o malo en ninguna sustancia. Todo depende de su uso; y el uso que puede dársele al Cannabis es inconmensurablemente provechoso.
Por qué es importante
Las personas menos informadas suelen pensar que la lucha de los y las activistas de Cannabis es una cuestión poco seria o caprichosa, y hasta peligrosa. Pero lo que está en juego es algo mucho más grande: la salud.
El Dr. Peralta capacitándose en cultivo en una granja de Avicanna Inc. en Colombia
Cada vez más estudios provenientes de todo el mundo demuestran empíricamente que el Cannabis funciona para combatir y/o paliar una larga lista de afecciones. No estamos hablando de dolencias simples, sino de condiciones que perjudican seriamente la calidad de vida de las personas.
Ya hemos mencionado que el estudio en cuestión se enfoca en el tratamiento de la epilepsia refractaria. En otras palabras, no es una mirada al uso recreativo del Cannabis, es un estudio basado en la necesidad.
La Dra. van Baren dice conocer casos de niños y niñas que sufrían más de 200 episodios convulsivos diarios, que pasaron a tener 2 o 3 episodios mensuales luego de que se les administrara aceite de CBD.
La cantidad de pacientes que necesitan el Cannabis para tener una calidad de vida digna es descomunal. Tanto es así, que muchas personas se ven obligadas a acudir a métodos menos que ideales para conseguir su medicina, ya que el Estado brilla por su ausencia en lo que a la regulación respecta.
Por supuesto, nunca falta quien se aproveche del sufrimiento ajeno. Las doctoras mencionaron haber visto muchos casos en los cuales farsantes vendían aceite sin vestigios de derivados de Cannabis (de oliva, por ejemplo) a pacientes que buscaban desesperadamente aceite de CBD. Y más allá de los y las estafadores, aún cuando el aceite es legítimo, es imposible para el o la paciente saber exactamente qué está tomando o qué dosis es la apropiada para su afección.
Quienes integran este proyecto han trabajado adhiriendo a parámetros éticos básicos, en lugar de utilizar estos conocimientos que han adquirido para ganar prestigio, o jugar con la necesidad de la gente. Afortunadamente, se han encontrado con que el ambiente del Cannabis es sobremanera solidario y enfocado en el bien común, en contraste con la feroz competencia que suele verse en la comunidad científica general.
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Es imprescindible convencer a la academia, al Estado y a la sociedad de que el Cannabis es una planta medicinal, y no una fuente de abuso o mera recreación. Con su investigación, el IQUIMEFA está dando un enorme paso hacia un cambio radical, desde adentro y sin vuelta atrás.
Imagen por Ilona Szentivanyi. Todos los derechos reservados a El Planteo y Benzinga.
Fuente: El Planteo